El Partido de la Gente (PDG) vivió su momento de gloria en 2021, cuando sorprendió al país al conseguir seis escaños en la Cámara de Diputados. El fenómeno político encabezado por Franco Parisi irrumpió con fuerza en el Parlamento, posicionándose como una alternativa distinta a los partidos tradicionales. Sin embargo, como dirían algunos, el éxito duró poco: con el paso del tiempo, el PDG fue perdiendo a todos sus parlamentarios debido a conflictos internos y cambios de domicilio político, quedándose prácticamente sin representación.
En las elecciones de 2025, los seis exdiputados del PDG intentaron mantener su lugar en el Congreso, pero el panorama fue desolador. Solo uno logró ser reelecto, y fue gracias al arrastre, lo que muchos califican ya como la “maldición Parisi”. El caso de Yovana Ahumada en Antofagasta es ilustrativo: pasó del PDG al Partido Social Cristiano, pero perdió su escaño por cerca de 3 mil votos; irónicamente, el PDG mantuvo el cupo gracias a Fabián Ossandón. Algo similar ocurrió en Coquimbo, donde Víctor Pino, hoy en Demócratas, quedó fuera, pero el PDG salvó el escaño con Eileen Urqueta.
En Valparaíso y la Región Metropolitana se repitió el patrón. Gaspar Rivas —electo en 2021 por el PDG— ahora postuló como independiente y quedó fuera; mientras, Javier Olivares le devolvió la representación al partido. En el caso de Rubén Oyarzo, fue por el Partido Radical y tampoco consiguió la reelección, aunque Cristián Contreras sí mantuvo el cupo para el PDG. En Biobío, Roberto Arroyo fue el único exparlamentario del PDG que logró reelegirse, aunque con menos votos que antes, beneficiado por la alta votación de su compañera de lista.
El distrito 21 terminó por cerrar el ciclo: Karen Medina, quien llegó al Congreso por el PDG, postuló ahora con la DC y quedó fuera. De nuevo, el PDG salió favorecido, gracias a Lilian Betancourt. Tras estos resultados, parece que la “maldición” que algunos atribuyen a Franco Parisi no tiene intenciones de desaparecer.